EL CLUB DE LOS SOÑADORES

miércoles, 27 de abril de 2011

MEMORIAS DE CUANDO ME CONVERTÍ EN "PROSTITUTO"

Gritos... Maltrato... Humillaciones... Desvalorizaciones de todo tipo... De lunes a viernes, de 8 a 15 hs, me tratan como si fuera la peor basura del universo... Me hacen sentir que no sirvo absolutamente para nada... PARA NADA y no es una exageración, es así...

Mi trabajo, ese en el cual una vez fui tan feliz es tan sólo una vieja postal del pasado, un recuerdo de un mundo al mejor estilo Disney... Antes entraba una hora antes y siempre me iba después, nadie me obligaba, lo hacía porque me sentía bien, me sentía importante: una pieza minúscula, pero fundamental en un sistema de infinidad de piezas...

Y ahora no puedo tolerar cumplir el horario obligatorio, me hacen pasar ratos tan malos que en lo único que pienso es en la hora de salida. Pasó a ser una condena, parezco un preso que cuenta los minutos para obtener su preciada libertad y cuando me voy el tormento no se termina, sigue puesto que me duele la cabeza, la espalda, el estómago y estoy más cansado de lo habitual...

Hubo cambio de CEOs... y mi "jefecito", Imanol, el histérico, resultó ser un cobarde que solamente le importó salvarse él... Enseguida se alió a la nueva cúpula, no sea cosa que le quiten su abundante porción de torta... Se encargó de tomarse unas vacaciones, que nadie sabe a ciencia cierta de donde las sacó, y subió al primer vuelo que partía rumbo a las Islas Margaritas... En este preciso momento debe estar recostado en la playa con una zunga aleopardada al mejor estilo animal print, asándose como un camaron al sol... ¡La vida de los piolas!

Por su parte, los nuevos CEOs se convirtieron en las estrellas del mundo y desplazaron a Imanol a un décimo puesto en la escala de sinverguenzas...  Uno está completamente chiflado, es un bipolar mal medicado o no medicado directamente; su estado de ánimo es excesivamente inestable, de modo que a lo largo de 8 horas de trabajo su humor fluctúa entre 15 y 20 veces... Además, realmente no sé porque se dedica a esto, él debería ser un actor de Hollywood, ya que anda por la vida representando diversos personajes de lo más variados ... De pronto se aparece vestido (cabe aclarar que cada papel que representa implica un cambio de atuendo, peinado y vestuario) de plomero... luego de empresario... luego de diseñador de interiores... y finalmente, de lo que realmente es: un CEO... Claro que esto no resulta creíble, pero es real completamente, aunque usted no lo crea!

El otro, bueno para definir al otro hay que describir su vínculo... Ambos son como una pareja sumamente despareja... como "Pinky y Cerebro" o "Starky and Huch"... Uno es gritón, el otro callado... Uno es loco, el otro racional... Uno es amo, el otro esclavo... De modo que no hay mucho que decir de este otro CEO, simplemente se pasa el día en su oficina, tantas horas que aún no le hemos conocido el rostro completamente...

Ellos se han encargado de transformar el trabajo en una tortura, un espacio en el cual solamente te gritan (ya no siquiera te dan órdenes)... te basurean... te hacen sentir pésimo... que hacés todo mal... Ojalá pudiera escapar!! Pero no me queda otra, es mi trabajo, es mi único medio de subsistencia, la única manera de mantener a mi familia... Me dí cuenta que sólo voy por el dinero NADA MÁS... o sea lo hago simplemente porque sé que a fin de mes me depositan mi sueldo con el cual pago mis deudas y mantengo a mi familia... De modo que soy algo así como un "prostituto"...

martes, 19 de abril de 2011

HÉROES DERROTADOS

Sucedió en mi trabajo... No en una película, aunque fue como una película... De la noche a la mañana, en un abrir y cerrar de ojos, el paraíso se convirtió en un infierno... Lentamente, ese lugar al que amábamos ir, en el que nos sentíamos como en casa, en el que nos cuidábamos los unos a los otros, en el que nos divertíamos, en el que compartíamos lo triste y lo bello de la vida; fue desapareciendo...

Sí, sí, aunque no lo crean, así era mi trabajo hace un par de años... tan diferente a todos los demás trabajos. Nadie me creía cuando les decía que era tan feliz trabajando.

Parece que los tiranos tienen esa tremenda necesidad de encontrar lugares "mágicos" y arruinarlos. Así fue como un grupo, dirigido por alguien sin escrúpulos, pero con un afán desmedido de poder y una ambición infinita; se encargó de "podrirlo" todo, de dividir para reinar, de instaurar prácticas abusivas, de transformar lo injusto en justo, de justificar la deshonestidad, la corrupción y la deslealtad...

No logro entender cómo en tan poco tiempo las cosas cambiaron tanto... No nos podemos ni ver, no nos toleramos, apenas nos saludamos, vivimos criticándonos, solamente pensamos en irnos a casa y lo peor es que ya no nos importa nada, no nos interesa si las cosas se hacen bien o se hacen mal, simplemente las hacemos porque sí, porque hay que hacerlas...

Nos fueron quebrando uno a uno... Nos fueron quitando los sueños, las ganas, los proyectos, los momentos para compartir...  y cuando a las personas se les saca todo eso, quedan vacías, pierden su verdadera esencia, su "Norte" y se hacen sumamente manipulables...

A algunos los sumaron al "clan" y terminaron haciendo eso que tanto criticaban o eso que consideraban inapropiado... Otros arrojaron sus trajes multicolores y sus esperanzas de un mañana mejor a la basura y se ocultaron en el silencio y el anonimato... Están quienes agacharon la cabeza y simplemente siguieron las pautas del nuevo órden... A los más rebeldes los ensuciaron con mentiras y los persiguieron sin piedad... Y por supuesto, unos cuántos decidieron partir y abandonar considerar la batalla perdida...

Con el amargo sabor de la derrota en nuestros paladares, con la angustia comprimiendo nuestro abdomen y esa congoja que nos ha dejado como un trapo viejo... Hemos sido héroes (como Superman o Batman y Robin o la Mujer Maravilla)... hemos peleado por la justicia, la honestidad, por los ideales y otros tantos valores que hoy en día han caído en desuso... hemos soñado con un mundo diferente... y hemos perdido...

domingo, 3 de abril de 2011

ME VOY CON EL CORAZÓN ROTO Y LAS MANOS VACÍAS

¿Puede terminar algo que nunca empezó? ¿Puede alguien ponerse mal por algo que nunca fue? Sí... puesto que la angustia no tiene que ver con los hechos reales en sí, sino con las expectativas, los proyectos, las fantasías, las ilusiones que depositamos en determinadas situaciones... Lo que nos duele no son tanto los hechos en sí mismos, sino todo lo que hemos depositado en ellos... Por eso cuando algo no sale como lo esperábamos una amarga sensación de fracaso se apodera de nosotros...

Los corazones náufragos, a la deriva, como yo... siempre vamos por la vida buscando... buscando amor, sueños, contención... porque es parte de nuestra esencia... Hemos perdido nuestro barco, la nave en la que nos desplazábamos por la vida y quedamos a la espera de lo que el destino nos depare... Solemos aferrarnos con demasiado fuerza a cualquiera que nos preste un poquito de atención nomás, puesto que conocimos que de un naufragio solamente se sobrevive aferrándose a algo y lo aplicamos a todas las situaciones de nuestra vida cotidiana... Aunque a veces eso nos juega en contra, es decir a veces podemos aferrarnos o proyectar algo a futuro con las personas equivocadas...

Yo: Hola... hace mucho que no hablamos...

Alguien: es cierto...

Yo: ¿Cómo estás?

Alguien: Bien, vos?

Yo: Bien... che te gustaría salir a tomar algo, conversar un rato...

Alguien: La verdad no... no quiero tener nada con nadie... gracias por la invitación.

Yo: Ok. No hay drama.

Y en ese diálogo escueto se iban por la borda todas mis esperanzas, mis anhelos, mis horas pensando en el futuro... así de fácil... así de rápido... así de sencillo... Es como cuando uno juega a armar castillos de naipes, uno sabe que en cualquier momento todo se puede venir a abajo, sin embargo prosigue, asume el riesgo e inevitablemente la desazon invade cuando inesperadamente la construcción se desploma...

Sólo me queda seguir... pero seguir sin esperar ya nada de nadie, dejar que la vida me sorprenda y que el amor aparezca sin buscarlo...

Y después de esas palabras me fui... con el corazón roto y las manos vacías...