EL CLUB DE LOS SOÑADORES

jueves, 14 de febrero de 2013

Feliz San Valentín!!!

Para los enamorados todos los días debe ser "San Valentín"... el amor no es un día, es una sucesión infinita de instantes y momentos que se graban en nuesta mente para siempre... Y si no tienes un amor... pues mira bien a tu alrededor, nunca sabes con lo que te puedes encontrar...

sábado, 9 de febrero de 2013

martes, 5 de febrero de 2013

Reseña de un final (de amor) triste


Lo conocí de casualidad, de la misma forma en que suelen conocerse las personas que de un momento para otro se tornan importantes en nuestras vidas. Empecé a quererlo y a quererlo cada día un poco más… A esperarlo… a pensar en él… a soñarlo… a romperme la cabeza inventándole frases bonitas… a suspirar viendo sus fotos… a quedar obnubilado imaginándolo y que la gente piense que soy un idiota…
Y llegó el “te quiero”, escuchar esa combinación de letras de ciertas personas tiene un efecto epinefrínico en todo el cuerpo humano y uno queda paralizado, atontado, anonadado y no percibe el enorme cartel con intermitentes luces rojas de neón que dicen “PELIGRO… CUIDADO… NO ENAMORARSE”… pero, como hacemos a lo largo de nuestras vidas, nunca prestamos atención a las señales que pueden ahorrarnos un malestar posterior… Y nos mandamos creyendo que somos Superman y que tenemos todas las respuestas…
Después del “te quiero”, viene el “nosotros”… Empezamos a soñar juntos, a planear un futuro y las ilusiones brotaban por todos lados… Y el cariño cada día crecía más y más, y por una extraña fórmula bioquímica se transformó en “AMOR”…
“AMOR” que dura hasta que un día, de la misma manera que comenzó, se terminó. Entonces nos inundan, nos desbordan, nos agrietan sentimientos contradictorios. Por un lado, uno se siente vacío, las horas que pasaba con la otra persona dan vueltas por ahí sin saber con qué llenarlas; uno pasa ese tiempo en las redes sociales (haciendo fuerza por no entrar al perfil de esa persona), en la cama (es cuando la cabeza más trabaja y millones de pensamientos circulan como en una autopista), mirando películas (para fugarse de ese dolor que penetra nuestra piel y no podemos identificar de qué lugar proviene), con algún amigo compasivo (que amablemente nos dice esas frases de película que tanto hemos escuchado y que son hermosas, pero que en estos momentos no nos sirven de consuelo), comiendo helado o chocolate (para calmar la angustia oral)… pero siempre, no importa qué hagas, dónde o con quién estés, hay algo que hace que un recuerdo de los momentos compartidos con la otra persona se filtre como un hábil ladrón y lo arruine todo… y te robe una lágrima...
Por otro lado, en simultáneo, nos sentimos tan llenos de tanto afecto, amor, cariño, ilusiones, proyectos… que uno no sabe qué hacer con ellos, resulta que el dueño se fue y nos lo dejó todo desparramado por ahí … ¿Dónde diablos vamos a depositar todo esto? ¡Se necesita un camión de mudanzas o una flota completa para sacarlos de nuestro corazón! (y por supuesto no tenemos un centavo para pagar algo así). Tendría que terminar esta historia diciendo que pronto, sin que te des cuenta siquiera, cuando menos lo esperas y del lugar menos imaginado, aparece otra persona y el ciclo vuelve a comenzar (aunque está vez, la fase “amor” puede durar muchos meses o incluso años o, porque no ser idealista y romántico, para toda la vida); pero no puedo terminar diciendo eso, porque en esta etapa final uno siente que nunca más (lo siente exageradamente) volverá a conocer a alguien tan perfecto (Sin embargo, no teman, si se pasa la varicela, la gripe o el sarampión; también se pasa el mal de amor)… Así suelen ser los finales (de amor) “tristes”…

lunes, 4 de febrero de 2013

Con el alma rota...

Días en los que sientes un dolor inmenso en lo más profundo de tu ser... y sabes que tarde o temprano pasara... pero sin embargo la angustia se apodera de tus horas, das vueltas en la cama sin poder dejar de pensar, enciendes el televisor y nada parece importarte... y sientes que tu alma está rota, en algún lugar, invisible, pero que está rota y duele tanto que solamente deseas que pase... y quisieras gritar tanto, pero apenas las palabras salen de tu boca... y deseas que alguien esté a tu lado, pero no sabes qué decir... Y las lágrimas ya no salen porque se han agotado... y la esperanza está en alguna esquina esperando que la encuentres...