EL CLUB DE LOS SOÑADORES

jueves, 25 de julio de 2013

Un rayito de luz...

Lentamente el dolor se convierte en otra cosa... la tristeza se transforma, como lo hace una flor cuando brota en primavera... algo del orden de la magia empieza a cicatrizar tu corazón... Ahora tan solo extrañas y añoras... A veces te sorprendes pidiéndole a un Dios que no sabes si te escucha para que te cumpla un deseo, tal como si fuera un genio encerrado en una lámpara... y otras veces te atrapa un recuerdo que te apresuras en sacar de tu mente... pero de a poco, a paso de tortuga, sientes que la esperanza renace y un rayito de luz se filtra entre tanta oscuridad....

lunes, 1 de julio de 2013

UN ARTE - Elizabeth Bishop

Y, finalmente, Junio de 2013 se fue para no volver jamás... y consigo se llevó un par de personas que hubiera querido que permanecieran junto a mí toda la vida... primero a alguien a quien le entregué mi corazón por completo y, luego, alguien  que creí que era especial y diferente a todos... dos personajes que entraron en mi novela, hicieron de las suyas y se fueron dejando todo desordenado... Mayo y Junio fueron meses en los cuáles aprendí que extrañar a alguien duele con toda el alma... 
Esta poesía de elizabeth Bishop me recuerda que uno puede perder muchas cosas, pero que perder es parte de la vida.

Un arte - Elizabeth Bishop

El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.