EL CLUB DE LOS SOÑADORES

lunes, 26 de diciembre de 2011

¿Y SI TAL VEZ HUBIESE SIDO OTRA VÍCTIMA DE LAS QUE APARECEN EN EL NOTICIERO?

Hoy, hace apenas unas horas me asaltaron en la calle... Me robaron un reloj pulsera... un reloj que tenía más valor sentimental que económico... Estaba medio roto, con la malla de plástico a punto de quebrarse y el pasador de la malla roto por lo cual tuve que reemplazarlo con una bandita elástica en su momento para poder usarlo... Un objeto "muy mío" porque soy de ese tipo de personas que todo lo que tienen lo usan hasta que se rompe, hasta que se hace inutilizable...
A plena luz del día (16.00 horas aproximadamente) estaba caminando por una calle céntrica y se me acerca un pibe de unos 16 o 17 años, con una botella de gaseosa verde en la que tenía alguna bebida alcohólica, bajo los efectos de esa sustancia y con una mochila puesta para adelante...
Amenazándome con que tenía un arma en la mochila me dice: - "No corras, no grites, dame el reloj... dame el reloj"
Nunca nadie me había amenazado con un arma, a pesar de que en ningún momento ví que la tuviera ni me la mostró, el simple hecho de mencionarla me aterrorizó... Tuve miedo... mucho miedo, tengo que admitirlo.
Me quedó absortó y mientras el ladrón exclamaba: - "Dame el reloj porque te doy... te doy"- parecía alterado... nervioso...
Comencé a sacarme el reloj y, en simultáneo, a pensar como escapar de esa situación porque tengo esa capacidad de reflexionar en frío en las circunstancias más adversas. Entonces, me concentré en sus manos, con una sostenía la botella de plástico verde y la otra que la usaba para apuntarme con un arma según manifestaba, la tenía dentro de la mochila.
- "Dale... dale... dame la mochila... dame la mochila..." - y sacó la mano que tenía oculta... En ese momento le arrojé el reloj... Utilizando esa misma mano para agarrarlo... y en esa fracción de segundo en que sus dos manos estaban ocupadas con otras cosas que no eran la supuesta arma, corrí hacia la vereda de enfrente, resguardándome detrás de unos automóviles estacionados... Y lo observé alejarse... Oí un ruido... No me moví de dónde estaba... Aún estaba asustado, el corazón me latía aceleradamente y tenía la respiración agitada. Espere lo suficiente como para que se hubiera alejado y, luego, corrí rápidamente hacia una patrulla de policía que estaba estacionada en la cuadra anterior. El policía me pidió una descripción del asaltante y en ese instante el ladrón pasa corriendo por la esquina, se lo indiqué y lograron atraparlo... Lamentablemente no tenía nada, seguramente arrojó el reloj en la calle cuando vió que no le servía para nada.
Pese a que no hubo consecuencias, más que el robo de un reloj sin valor monetario, me quedó una sensación horrible de desprotección y temor...
Un terrible pensamiento me invadió luego de que todo sucedió: "¿Y si tenía un arma de verdad? ¿Y si me hubiera disparado? ¿Y si Tal vez hubiese sido otra víctima del delito? ¿Y si tal vez hubiese sido una noticia en el noticiero de la noche?"
Tenía  ese viejo reloj de plástico y en la mochila unos apuntes, la billetera con tan sólo $2 y un celular Nokia 1100 (una reliquia de las telecomunicaciones jaja)... y quizás me podrían haber matado por un par de porquerías...
 No sé a quién le tengo que agradecer, pero le agradezco al destino, al universo, a Dios... GRACIAS... Doy gracias por poder estar frente a mi computadora escribiendo este relato, por conservar la vida, por estar ileso, porque me puedes leer y te puedo contar... Simplemente GRACIAS!

1 comentario:

  1. Tiempos de inseguridad en el mundo. Lo importante es que te encuentras sano y salvo y has compartido el relato con nosotros. Saludos desde Perú.

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