EXPLOSIÓN

Ayer no tuve una buena noche: estaba durmiendo cuando me despierto abruptamente por los gritos de mi hermano. Eran la 1 de la madrugada, se estaba quejando frenéticamente porque no encontraba la camisa de su uniforme de trabajo, estuvo todo el fin de semana haciendo nada y se acordó a última hora. Me parece perfecto que organice su tiempo como se le de la gana, pero lo que me da muchísima bronca es que siendo tan tarde y estando todos los demás acostados descansando el muy pelotudo se ponga a gritar como descocido y a golpear la puerta de su habitación como energúmeno... Es algo muy habitual en él y eso me apena... Me duele que no sea capaz de reconocer el derecho del otro y que interponga por encima de los demás su propio egoísmo... Nunca se me hubiese cruzado por la cabeza molestar a otros por las cosas que yo no hago... en cambio a mi hermano no le importa nadie más que él mismo...

Puede pasar una, dos, tres o cuatro veces... pero cuando sus escándalos nocturnos, a cualquier hora y sin reparo de ningún tipo, se hacen moneda corriente; llega un punto en que haría enojar hasta el mismísimo Mahatma Ghandi... Cada vez que me despierta me cuesta horrores volver a conciliar el sueño y termino durmiendo solamente 4 o 5 horas... Me parece sumamente injusto que él crea que tiene algún tipo de privilegio y que puede levantar la voz cuando se le ocurra... ¡No hay derecho!

Para bien o para mal ayer me agotó; bajé de mi habitación enojadísimo, le advertí que se dejara de gritar, que tuviera consideración de los demás... Él me insultó, le devolví el insulto y así se hizo un "efecto bola de nieve"... Nos gritamos de todo...

Cuando terminé la discusión, ya que no deseaba seguir oyendo su insensatez, en la soledad de mi cuarto me angustié bastante... Me sentí una basura por las cosas que dije, por haberme dejado dominar por la parte irracional de mi cabeza... pero bueno cuando uno explota sale a la luz lo peor de su persona, uno dice frases certeras que hieren como la punta de una lanza pero que no siente, uno entra en una espiral de insultos para ver quien escupe el agravio más cruel... Y me sentí mal conmigo mismo por caer en ese "juego", por dejarme llevar por los impulsos, por no controlarme; sin embargo, tratando de hallar consuelo, pienso que mi hermano durante muchas noches se manejó como quiso y yo me lo aguante sin chistar... pero que también soy un ser humano y reaccionó exactamente igual que todos en esos momentos que nos sobrepasan, que superan nuestra capacidad racional de resolver problemas...

En fin, una más de esas noches para olvidar...