FISIOLOGÍA DE ALGO MUY PARECIDO AL AMOR

Ha sido un día agotador... Volví a la rutina después de haber vivido un fin de semana en el mundo CARAMEL-DELUXE... volví a los papeles, a la gente común, a Imanol que me quiere asesinar con la mirada, a Marcelo que no para de adularme y no se da cuenta de que con eso despierta la furia asesina de Imanol, a Psiquis que ahora me considera un ser espiritual, a Iliana que me cuenta las mejores maneras para tener unas uñas perfectas, a las chicas en celo que no dejan de babosearse con el nuevo jefe... En fin a mi mundo de todos los días... pero mi vida no puede ser tranquila y apacible...

Benjamín se me tuvo que cruzar otra vez y de sólo verlo me derretí como un helado de agua al sol, otra vez el corazón se me paralizó y se me erizó hasta el último pelo de mi cuerpo jejeje... Otra vez esa mirada que me hipnotiza como al más idiota de los idiotas... y Benjamín vino hacia mí, se acerco... hablamos bastante... me respondió... me sonrió... y, finalmente, nos despedimos con un beso en la mejilla... sin ninguna promesa... con esos ojos negros enormes que me miran de esa manera que me desconciertan... que me enloquece... y lo observé partir por las calles de una ciudad que cuyo nombre, por un breve instante, había olvidado... invadido por ese deseo de salir corriendo, de abrazarlo, de besarlo, de decirle cuánto lo quiero... Pero soy tan cobarde que no me anime... "Ya encontraré otra oportunidad... el momento justo" me dije, y nuevamente lo dejé ir... Es tan grande el peso de los prejuicios, de las valoraciones sociales, de la incertidumbre, de la mirada de los otros, del qué dirán, que me anula por completo y me paraliza como lo haría el veneno de un escorpión... Tengo tanto miedo a que me rechace, de no volverlo a ver si se entera lo que siento por él... que me vuelvo el más cobarde de los cobardes...

Ayer tuve la posiblidad de estar con el chico de la revista, con quien cualquiera se hubiese acostado... pero yo no quería... yo lo quiero a este otro... a este que no sale en las revistas... que no es un Apolo moderno... que se viste como cualquier hijo de vecino... que es incapaz de reconocer la diferencia entre la seda China y la seda de fantasía... Este que es tan común y corriente que nadie se daría vuelta en la calle para mirarlo... pero para mí es el ser más hermoso que existe... y mi corazón se acelara con solo verlo y mi razón se obnubila cuando está cerca a tal punto que le pregunto pavadas para sacar un tema de conversación o digo estupideces para continuar charlando... o me quedo mirándolo como quien mira un cuadro de Van Gogh, apreciando cada detalle de sus facciones... me gusta oír su voz... y tocar sus hombros fornidos... que nuestras mejillas se rocen y desear sus labios finos...

Me he dado cuenta que, en definitiva, me encanta cruzármelo por la calle o verlo a la distancia o pensar en él... puedo estar durante días, semanas o meses sin pensar en él... pero cada vez que lo vuelvo a ver algo implosiona en mí y pone mi mundo patas para arriba... Y también me he dado cuenta que tarde o temprano tendré que encontrar el momento para hablarle...