El despertador del celular no sonó a las 7 AM por la simple razón de que se le había acabado la carga a la batería… Gracias al cielo mi reloj biológico aún funciona, aunque con media hora de retraso jejeje… Eran las 7.30 AM cuando me levanté, tuve que vestirme a las corridas y para mi sorpresa no encontraba una sola remera limpia... Claro, mi mente ocupada en Benjamín, sumado a la bronca que ayer a la tarde Cheyro me había hecho agarrar, dieron por resultado que me olvidará de poner ropa a lavar...
De modo que tuve que elegir la remera que menos olor tenía… Me subí a mi bicicleta, pedalee a todo lo que mis piernas dieron y llegué a tiempo al trabajo donde me estaba esperando Imanol vestido como para una fiesta de gala en el hotel Sheraton… No podía quejarse de que hubiera llegado tarde, sin embargo enloqueció al verme todo transpirado, con la remera un “poquito” sucia, con mi jeans de todos los días y mis zapatillas de Topper negras… Corrí al baño, me dí cuenta de que no había traído desodorante así que tuve que ponerme un poco de aerosol de desinfectante de ambientes, me arreglé como pude y cuando salí todos estaban reunidos en el hall central… Boquiabiertos observaban como el supervisor ingresaba, escena que me causó mucha gracia, hasta el momento en que también lo ví… ¡Dios, era Antonio Banderas, versión argentina! Lucía como para una fiesta en el palacio Buckingham, llevaba el cabello peinado hacia atrás con fijador, su rostro perfectamente afeitado y con un perfume que se olía a kilómetros… Wow por triplicado!!!
Simplemente observamos su entrada triunfal (eso fue la TAN temida y aludida visita del supervisor), luego volvimos cada uno a lo suyo por expresa órden de Imanol y no lo vimos durante toda la jornada porque Imanol lo tuvo encerrado en su oficina… ¡Tanto lío para eso!
En la pausa me encontré con Psiquis quien se acercó para hablarme con toda la docilidad del mundo y tratándome como al mismísimo Príncipe de Gales… ¿A esto se referiría la bruja cuando dijo lo de protección de los ángeles?... No. Seguramente, hoy Psiquis había tomado su pastillita tranquilizante y se debía a ese progreso de la medicina más que a la ayuda angelical...
Finalmente, puse en práctica mi firme decisión de olvidarme de Benjamín… Solamente pensé en él y lo ocurrido el fin de semana cerca de 14 veces (por lo general hubiera estado pensando a cada rato)... así trascurrió el primer día de la “dieta Benjamín”
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